Vida en Cristo

Acerquémonos Confiadamente: Entendiendo el Privilegio de la Gracia

Redescubriendo un Tesoro Olvidado
Hebreos 4:16 nos invita a acercarnos con confianza al trono de la gracia. Este versículo, aunque familiar, contiene una profundidad que a menudo pasa desapercibida. En el pasado, la proximidad a Dios estaba restringida, simbolizada por el tabernáculo donde solo ciertos individuos podían entrar bajo estrictas condiciones de pureza (Éxodo 30:18-21, Salmo 24:3-4).

La Transformación del Acceso a Dios

  1. Cristo, el Camino al Santuario: En el Antiguo Testamento, el acceso a la presencia de Dios era limitado. Con la muerte de Cristo, el velo del templo se rasgó, simbolizando la apertura del acceso directo a Dios (Hebreos 10:19-20). Jesús no solo creó un camino; Él mismo se convirtió en el Camino.
  2. Purificación Total en Cristo: A diferencia de los rituales de purificación del Antiguo Testamento, nuestra limpieza espiritual es completa gracias a Jesús (1 Corintios 6:11). Esta purificación no requiere largos rituales, sino que se concreta en el momento de la aceptación de Cristo, quien nos limpia y santifica por medio del Espíritu Santo.
  3. Un Corazón Nuevo: Ezequiel 36:26 nos habla de la promesa de un corazón nuevo, purificado de pecados y malicias. Este corazón renovado nos permite acercarnos a Dios con la confianza de ser aceptados y amados.

Lecciones de Fe y Gracia

Rahab: La Gracia en lo Marginal
Rahab vivía en los márgenes de la sociedad, marcada por su profesión como prostituta. Sin embargo, Hebreos 11:31 nos recuerda que su fe en el Dios de Israel la llevó a actuar valientemente, escondiendo a los espías israelitas. Su historia no es solo un testimonio de salvación personal sino también de inclusión en la genealogía de Jesús (Mateo 1:5), mostrando que la gracia de Dios no discrimina y que un nuevo comienzo es posible para todos.

Pedro: Restauración tras el Fracaso
Pedro, conocido por su impetuosidad y su negación de Cristo, experimentó profundamente la gracia restauradora. Jesús, conociendo su corazón, le preguntó tres veces «¿Me amas?» (Juan 21:15-17), no para reprochar, sino para restaurar y reafirmar su llamado. La vida de Pedro nos enseña que los fracasos no definen nuestro destino cuando estamos en manos de Cristo; más bien, son peldaños hacia una fe más profunda y un ministerio fortalecido.

Un Llamado a la Confianza
Independientemente de los desafíos que enfrentemos, tenemos la invitación a acercarnos al trono de la gracia con confianza. Nuestra capacidad para acercarnos a Dios no depende de nuestra perfección, sino de la gracia abundante manifestada en Cristo (Romanos 5:20). En tiempos de dificultad, soledad o gratitud, recordemos que nuestro Padre Celestial nos espera con los brazos abiertos.

William Velázquez Valenzuela

Amante de la escritura, la educación, la tecnología y su impacto positivo para extender el reino de Dios. Un poco de locutor y otro poco de teólogo.

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