Vida en Cristo

Dios no concede aún mi petición

Desesperados por no recibir respuesta de Dios

 Si somos infieles, él permanece fiel, pues él no puede negar quién es” 2 Timoteo 2:13

La decepción es una respuesta humana ante expectativas no cumplidas. Cuando se trata de nuestra relación con Dios, estas emociones pueden ser aún más profundas y desafiantes. Te invito a cuestionar tu actitud cuando enfrentes momentos donde sientes que tus peticiones a Dios quedan sin respuesta o cuando la vida no se alinea con tus deseos.

La verdadera fe no está condicionada por la respuesta a nuestras plegarias, sino que se fundamenta en la confianza del carácter inmutable y la fidelidad de Dios. Nuestra fe no debe ser un barco de papel, a merced de las olas de circunstancias y emociones, sino un ancla firme que nos sostiene en la constancia de Dios.

¿Has sentido alguna vez que tus oraciones no son escuchadas? ¿Te has encontrado cuestionando la fidelidad de Dios porque las cosas no sucedieron como esperabas? Es tiempo de revisar nuestro corazón y nuestras motivaciones. Dios no es un genio que concede deseos; Él es nuestro Padre celestial, que sabe lo que es mejor para nosotros.

Cuando nos sentimos decepcionados, es vital recordar la gracia inmerecida de Dios. Nuestra existencia y cada aliento es un regalo de Su gracia. Por lo tanto, más que sentirnos con el derecho a recibir, deberíamos estar llenos de gratitud por su generosidad continua.

Ora con fe: Señor Eterno, confieso que hay momentos en que mi fe ha vacilado y he cuestionado Tu voluntad. Perdóname por las veces que he intentado manipular Tu mano en lugar de someterme a Tu voluntad perfecta. Te pido que renueves en mí un espíritu de humildad y sumisión. Ayúdame a confiar en Tu propósito divino, incluso cuando no comprenda el camino que Tú eliges para mí. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio y renueva un espíritu fiel dentro de mí, conforme a Tu palabra en Salmos 51:10. En el nombre de Jesús, Amén.

Que nuestra fe sea fortalecida no por las respuestas que recibimos, sino por nuestra relación constante con el Señor. Reconozcamos que Su voluntad es más alta que nuestros deseos y que Su plan es perfecto. Que podamos descansar en la certeza de que Él es fiel, y Su amor y gracia nos acompañan, incluso en los momentos más desafiantes de nuestras vidas.

William Velázquez Valenzuela

Amante de la escritura, la educación, la tecnología y su impacto positivo para extender el reino de Dios. Un poco de locutor y otro poco de teólogo.

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