¿Alguna vez has sentido que estás pasando por momentos difíciles, donde sientes que todo se desmorona? Bueno, eso se llama quebrantamiento y, aunque suene difícil de creer, es una parte esencial del crecimiento espiritual.
Pensemos en una semilla. Para que una semilla crezca, primero debe romperse. Lo mismo ocurre con nosotros. A veces, Dios permite que pasemos por situaciones difíciles para quebrantar nuestro orgullo y hacernos más fuertes en Él.
Isaías 57:14 nos dice sobre preparar el camino para el Señor. Y en Juan 12:24, Jesús compara nuestras vidas con un grano de trigo que debe morir para producir fruto. Esto significa que a veces necesitamos dejar morir ciertas cosas en nuestras vidas para crecer.
¿Estás pasando por un momento de quebrantamiento? Primero, escucha la voz suave de Dios. Él habla a través de susurros a nuestro corazón y a través de Su Palabra. Si estás pasando por un momento difícil, busca en la Biblia y ora para encontrar consuelo y guía.
Piensa en personajes bíblicos como Moisés, Jonás, o Pedro. Todos ellos pasaron por momentos de quebrantamiento, pero Dios los usó de maneras increíbles. Aunque sus desafíos eran grandes, su fe y su dependencia de Dios los llevaron a cumplir grandes propósitos.
Imagina que eres un caballo salvaje. El domador (Dios) quiere entrenarte para algo grandioso, pero primero necesitas ser ‘domado’. El quebrantamiento es como ese proceso de doma, donde aprendemos a confiar y depender de Dios, no de nosotros mismos.
Salmos 34:18 nos recuerda que el Señor está cerca de los que tienen el corazón quebrantado. Dios no nos abandona en nuestros momentos difíciles; al contrario, está más cerca que nunca.
El quebrantamiento puede ser difícil, pero recuerda que es una parte crucial de nuestro crecimiento espiritual. Cuando nos quebrantamos, nos abrimos a que Dios haga algo nuevo y maravilloso en nuestras vidas. ¡Ánimo, Dios está contigo en este viaje!
