Desarrollo Espiritual

José: Un Ejemplo de Integridad y Propósito Divino

Génesis 37:1-11

Hoy hablaremos sobre una persona que admiro mucho y me hubiera gustado ser como él. Estoy hablando de José, un ejemplo único de integridad, es el estado de ser completamente intachable, alguien que tiene palabra.

José es uno de los personajes predilectos para predicar a la juventud, pues tenía 17 años cuando la Biblia comienza a presentarlo en su dramática historia, de la cual han hecho hasta series y películas. Es difícil encontrar a un hombre como José en estos tiempos, alguien con su carácter. Incluso Crónicas dice que los ojos de Jehová recorren toda la tierra para encontrar un hombre de corazón recto (2 Crónicas 16:9).

Ninguna familia es perfecta; siempre hemos de tener algunos defectos. Por ejemplo, Adán y Eva, donde ocurre el primer crimen: Caín asesina a Abel. La familia de Abraham también tuvo problemas: este cayó con su sierva. Si hablamos de la familia de Isaac, ahí también hay problema de favoritismos; el padre amaba a Esaú y la madre amaba a Jacob.

Jacob amaba más a José que a sus otros hermanos, inclinando la balanza hacia una persona con favoritismo. Le da incluso una túnica de diversos colores, lo que encendió más la ira y la envidia de sus hermanos. Seguramente, cuando comían, le daban lo mejor a José por orden de su padre.

La Biblia dice que Jacob amaba más a José porque lo tuvo en su vejez y porque era hijo de la mujer que él tanto amaba, Raquel. Aquella mujer por la que Jacob trabajó tanto, 14 años para ser exactos. Trabajó primeramente 7 años, pero le dieron a Lea, y otros 7 años para que Labán le diera a Raquel. Este hombre tuvo muchos hijos.

Dios nos escogió desde antes de la fundación del mundo para un propósito (Efesios 1:4). No hay nada que pueda detener ese propósito. José estaba seleccionado ya por Dios para un propósito bien definido; nadie lo sabía, pues todos desconocemos el propósito que tiene Dios con nosotros hasta que Él nos lo revela. Dios ha de cumplir en usted ese propósito en su tiempo.

Los hermanos de José lo aborrecían por ser el hijo predilecto. Un día que tuvo un sueño se le ocurrió ir a contárselos. Su padre lo confrontó, pues le preguntó si acaso llegaría el día en que todos lo servirían a él. Dios habla también a través de sueños; también el enemigo puede atormentarnos en sueños.

En una ocasión, sus hermanos convinieron deshacerse de José, dijeron: «Matémosle» (Génesis 37:20). Amados hermanos, el enemigo intentará truncar sus sueños y planes, pero si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros? (Romanos 8:31).

Uno de sus hermanos se opuso a asesinarlo y dijo que mejor lo metieran dentro de una cisterna. Los madianitas iban pasando por ahí y, al final, convinieron en vender a José por algunas piezas de plata, pero Dios estaba aún con José. Pueden venir circunstancias adversas en nuestra vida, pero si Dios está contigo, Él cambiará esa situación en bendición.

Avanzando un poco más en la historia, la mujer de Potifar quiso seducir a José, pero este no le correspondió y en venganza esta mujer lo acusó de intento de violación. José termina en la cárcel, pero aún ahí Dios estaba con él (Génesis 39:20-21). Ahí estaban el copero y el panadero en la cárcel. Un día, estos dos tuvieron un sueño cada uno y José se los interpreta (Génesis 40:5-8).

Al copero le dijo que saldría libre y le pidió acordarse de él cuando saliera libre, pero se olvidó. Al panadero le dijo que lo asesinarían y así sucedió.

Yo siempre he dicho que cuando Dios elige a alguien para un plan, no lo elige hoy y lo pone mañana. Tiene que trabajar primero con esa persona. Puede que José tenía un cierto grado de altivez; Dios tuvo que trabajar con él, pulirlo. José tuvo que ser metido al horno de Dios para ser purificado, depurado, quitando el ego, orgullo, soberbia.

Si Dios nos va a dar poder y autoridad, primero nos va a pulir. Todos quisiéramos los privilegios, la corona… pero no queremos la cruz. No se quiere pagar el precio y en el reino de Dios necesitamos tomar la cruz de Cristo y seguirlo. Si quieres que Dios te use, espérate un momento, deberás pasar un proceso.

David fue escogido de muy joven, pero pasaron algunas décadas para que fuera puesto como rey. Tuvo que ser primeramente preparado por Dios. Muchos quieren ir a las naciones a predicar, pero no van ni a su colonia a predicar.

Faraón tuvo una serie de sueños que nadie podía interpretar, y el copero se acordó de José y le habló a Faraón acerca de él. Faraón mandó a traerlo. Le preguntó si podía interpretar el sueño y José le dijo que no podía, pero que Dios sí tenía el poder para hacerlo (Génesis 41:16).

José le interpreta que venían 7 años de abundancia, pero que después vendrían 7 años de escasez. José le dice al Faraón que buscara a alguien que pudiera organizar al pueblo para pasar esos 7 años de escasez. Y Faraón exclamó: «¿Acaso hallaremos a otro hombre como este en quien esté el Espíritu de Dios?» (Génesis 41:38).

Si usted y yo tenemos el Espíritu de Dios, todo el mundo podrá notarlo, lo van a percibir que tenemos algo diferente.

José tiene mucho que enseñarnos; es un buen administrador, es íntegro. Nosotros necesitamos ser irreprensibles para Dios.

José llegó a ser administrador de todo el territorio de Egipto. Pasaron 13 años desde que José fue vendido hasta este último momento de exaltación. Llegó el tiempo de hambruna que golpeó la tierra y el padre de José manda a sus hermanos a la tierra de Egipto a buscar alimentos. Estos no reconocieron a José porque lucía diferente. José nunca guardó resentimiento a sus hermanos.

De los hijos que nacieron a José, Manasés y Efraín. Génesis 41:51-52. Sus nombres tenían significados especiales. Manasés: «Dios me hizo olvidar todo mi sufrimiento y la casa de mi padre». Efraín: «Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción».

Siempre debemos acordarnos, hermanos, de dónde venimos. No debemos olvidar de dónde Dios nos sacó. Dios se encargará de que venga el cumplimiento de su propósito en nuestra vida después de tanto sufrimiento (Salmos 30:5), pero primero usará instrumentos para purificarnos, así como con José Dios usó a sus hermanos, a la mujer de Potifar. ¿Quién estará usando Dios para trabajar contigo?

Con algunos de nosotros ya trabajó, pero si considera necesario, vamos a volver al horno hasta que estemos listos.

Dios dice: «Tengo pensamientos de bien y no de mal para ustedes» (Jeremías 29:11).

Solo espera el tiempo de Dios, el tiempo en que tengas que estar purificado en muchas áreas de tu vida. Solo permanezcamos firmes y fieles. «Jehová cumplirá su propósito en mí» (Salmos 138:8).

Obispo Nectalí Sánchez Ávalos

Supervisor regional en Veracruz, para el Concilio de La Iglesia de Dios de la Profecía. Pastor en Coatzacoalcos, Ver.

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