Desarrollo Espiritual

El Espíritu Santo es Nuestro Guía y Consolador

Puedes saber más de este tema si escuchas este episodio de nuestro podcast:

«Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.»
Juan 16:13

El maravilloso Espíritu Santo de Dios no apareció en escena en el día pentecostés, cuando cayó sobre aquellos 120, Él ha estado presente y activo desde la creación del mundo. Génesis 1:2 nos dice que «El Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas» (Uno de mis versículos favoritos). No es alguien nuevo en la historia de la humanidad; ha sido parte del plan eterno de Dios desde el principio de los tiempo, en la eternidad pasada y en la eternidad futura.

Sin embargo, en el Antiguo Testamento, la presencia del precioso Espíritu Santo no era permanente en la vida de las personas. Él venía y se iba según la necesidad de los tiempos, como lo vimos por ejemplo, en la vida de Sansón o Saúl. ¡Pero hoy es diferente mis amados lectors! Gracias al sacrificio de Jesús, el Espíritu Santo ahora habita de manera permanente en cada uno de nosotros. No estamos solos, porque el mismo Espíritu de Dios mora en nuestros corazones.

El Espíritu Santo tiene un papel esencial en nuestras vidas como hijos de Dios: Él nos transforma. Como dice 2 Corintios 3:18, «somos transformados de gloria en gloria». Esto significa que Él trabaja continuamente en nosotros, moldeándonos para parecernos cada vez más a Jesús.

Su obra transformadora se ve reflejada en los fruto del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza (Gálatas 5:22-23). Estas cualidades no se desarrollan por nuestra propia fuerza, sino por la acción del Espíritu de Dios en nosotros. A medida que caminamos en el evangelio con santidad y obediencia, Él cambia nuestro carácter, ayudándonos a vivir tal como Jesús vivió.

Una de las promesas más hermosas que Jesús nos hizo sobre el Espíritu Santo es que Él nos guiará a toda verdad (Juan 16:13). ¿En tu caminar con Dios, te has sentido a veces perdido o sin saber qué decisión tomar? La Biblia dice que El Espíritu Santo está ahí para dirigirnos, darnos sabiduría y mostrarnos el camino correcto.

Es sumamente importante que cultivemos una relación cercana con el Espíritu Santo para escuchar su voz con claridad. Nuestra experiencia con Él no es un evento único en nuestras vidas, es una perpetua llenura. La oración, la lectura de su palabra y momentos de quietud en su presencia nos ayudan a ser más sensibles a su voz, mientras más tiempo pasamos en intimidad con él, más listos estaremos a identificar su llamado, sus palabras, su dirección.

La Biblia nos advierte en Efesios 4:30 que no debemos contristar al Espíritu Santo. Esto sucede cuando vivimos de manera que va en contra de la voluntad de Dios, cuando no ejercemos el llamado por el cuál Él nos ha trasladado del reino de las tinieblas a su luz admirable, cuando permitimos que el pecado domine nuestras vidas o cuando por voluntad propia ignoramos su voz. Sin embargo, ¡El Espíritu Santo es paciente! Él siempre está dispuesto a restaurarnos cuando nos arrepentimos y volvemos a Él, no ignorará cuando lleguemos quebrantados ante su presencia.

Si sientes que has contristado al Espíritu Santo en alguna área de tu vida, hoy es el momento, aún mientras lees este devocional, de pedir perdón y reconciliarte con Él. No dejes que nada te impida caminar en su plenitud, no tengas jamás en tu mente la idea de que debes alejarte de él por sentirte sucio. El está presto para recibirnos con brazos abiertos y comenzar una nueva historia.

En Hechos 1:8, Jesús dijo: «Recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo». Este poder no es solo para aquellos en el tiempo de los apóstoles, sino para cada uno de nosotros hoy. El Espíritu Santo nos da el poder para ser testigos de Cristo, para compartir su amor y para vivir una vida conforme a la voluntad del Padre.

El poder del Espíritu Santo también se manifiesta en nuestros dones espirituales. Cada uno de nosotros ha sido equipado de manera única para servir en la iglesia, no hay nadie que no tenga al menos un don para ejercer. No tenemos que hacer las cosas por nuestra propia cuenta, ¡el Espíritu Santo nos capacita! En algún momento el Señor nos ha de pedir cuentas, ¿Qué hicimos con los dones y talentos que nos dejó?.

El Señor no quiere que tengamos solo un poquito de su Espíritu, sino que vivamos llenos de Él cada día (Efesios 5:18). Para hacerlo, debemos caminar en obediencia, rendirnos a su guía y mantenernos en comunión constante con Dios. Es un proceso diario y continuo, y cuando lo hacemos, experimentamos la plenitud de su poder, su paz y su presencia, sentimos que Él está a nuestro lado en todo lugar 24/7.

Porqué no te tomas un momento hoy para pedirle al Espíritu Santo que llene cada área de tu vida, tu casa, tu familia, iglesia, ministerio. Haz un compromiso de caminar en su plenitud cada día, desarrolla nuevamente esa comunión que habías perdido para con Él.

Mi anhelo es que Él nos ayude a vivir en la plenitud de su poder y a ser guiados por Él cada día. Que su Espíritu Santo transforme nuestro corazón, nos dé sabiduría y nos capacite para cumplir su propósito en nuestra vida.

William Velázquez Valenzuela

Amante de la escritura, la educación, la tecnología y su impacto positivo para extender el reino de Dios. Un poco de locutor y otro poco de teólogo.

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