Desarrollo Espiritual

La Batalla de Nuestra Mente

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Nuestra mente es un campo de batalla donde se libra una lucha constante entre la verdad de Dios y las mentiras del adversario. No es una guerra visible, pero sus efectos se reflejan en nuestra vida diaria. Lo que pensamos determina cómo vivimos, y si no tomamos el control de nuestros pensamientos, corremos el riesgo de ser dominados por la duda, el miedo y la inseguridad.

2 Corintios 10:4-5 (RVR60) nos dice:
«Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.»

Este pasaje nos dice que no estamos indefensos ante los ataques del enemigo en nuestra mente. Dios nos ha dado armas espirituales poderosas para derribar fortalezas y pensamientos que se oponen a Su verdad. Pero para usarlas, primero debemos reconocer la diferencia entre realidad y verdad.

La realidad es lo que nuestros ojos ven, lo que sentimos y experimentamos en el mundo natural con nuestros 5 sentidos. La verdad, en cambio, es lo que Dios ha dicho en Su Palabra sobre nosotros, desde antes de la fundación del mundo. Muchas veces, la realidad parece contradecir la verdad de Dios, pero cuando aprendemos a confiar en lo que Él ha dicho, en lugar de en lo que vemos y palpamos en nuestro día a día, nuestra fe crece y nuestra mente es transformada como dice Romanos 12:2.

1 Samuel 16:13 (RVR60) nos cuenta que Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David.

A simple vista, David era solo un pastor de ovejas, le dieron el oficio aparentemente más simple. La realidad decía que no era nadie importante y no podemos engañarnos, era así. Pero la verdad de Dios decía que era un rey, aun que aun no coronado, pero al fin rey. Si David se hubiera aferrado solo a lo que veía en ese momento, es decir, su realidad; nunca habría llegado a su destino.

En nuestra vida, pasa lo mismo. Quizá la realidad diga que estás atravesando una crisis financiera, pero la verdad de Dios declara que Él suplirá todas tus necesidades, todo lo que te falte, conforme a sus riquezas en gloria. Quizá la realidad diga que no tienes fuerzas para seguir adelante, que ya es mejor mirar la toalla, pero la verdad de Dios dice que todo lo puedes en Cristo que te fortalece.

La clave está en decidir qué voz vamos a creer.

El Enemigo Quiere Controlar Tu Mente

Satanás no necesita destruirnos físicamente para hacernos caer. Solo necesita lanzarnos un dardo a nuestra cabeza, sembrar pensamientos de duda, miedo y desesperanza. Si logra que creamos una mentira, actuaremos conforme a ella.

Proverbios 23:7 (RVR60) dice:
«Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él.»

Si una persona cree que no vale nada, vivirá con inseguridad hacia todo. Si cree que es incapaz, nunca intentará nada nuevo, se quedará en el conformismo. Si cree que Dios no la ama, se alejará de Su presencia. Lo que creemos en nuestra mente define nuestra vida, es por eso que es un peligro verdadero el vivir nuestra vida conforme a la realidad que este mundo pinta.

En la Biblia encontramos un ejemplo claro de esto en la historia de Pedro.

Mateo 14:29-30 (RVR60)
«Descendió Pedro de la barca, y andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame!»

Pedro pudo caminar sobre el agua mientras creyó en la palabra de Jesús, es decir su VERDAD. Pero cuando miró las olas y dejó que el miedo entrara en su mente, empezó a hundirse. El problema no fue el viento ni el agua, sino su enfoque, porque comenzó a ver la REALIDAD.

Si fijamos nuestra mirada en las circunstancias de la realidad, nos hundiremos. Pero si fijamos nuestra mirada en la verdad de Dios ¿Quién nos podrá hacer frente? Si ya Dios ha decretado su palabra a nuestro favor.

La buena noticia es que no estamos condenados a vivir esclavos de nuestros pensamientos para siempre. Podemos renovar nuestra mente y llenarla de la verdad de Dios.

Romanos 12:2 (RVR60) nos enseña:
«No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.»

Para renovar nuestra mente, debemos hacer lo siguiente:

  1. Identificar los pensamientos negativos y confrontarlos con la verdad de Dios.
    Si un pensamiento dice: «No vales nada, nadie te quiere» recuerda lo que Dios dice en Jeremías 31:3: «Con amor eterno te he amado.»
    Si un pensamiento dice: «No tienes futuro, asi eres y así vas a morir, nunca vas a cambiar» confía en Jeremías 29:11: «Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal.»

  2. Filtrar la realidad a través de la verdad.
    Las circunstancias pueden parecer difíciles, pero la verdad de Dios siempre tiene la última palabra sobre nosotros, nuestra familia, vida y ministerio.

  3. Llenar nuestra mente con la Palabra de Dios.
    No podemos dejar nuestra mente vacía. Debemos llenarla intencionalmente con la verdad del Señor. Leer la Biblia, memorizar versículos y declarar en voz alta las promesas de Dios nos va ayudar a mantener nuestra mente alineada con Su propósito y no en la realidad que vemos en el mundo.

  4. Declarar la verdad de Dios sobre nuestra vida.
    Proverbios 18:21 (RVR60) dice:
    «La muerte y la vida están en poder de la lengua.»

Si quieres cambiar tu manera de pensar, empieza cambiando tu manera de hablar. En lugar de decir «no puedo,» tu confiesa siempre en voz alta: «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.» Y ojo, con esto no estoy diciendo nada relacionado a la ley de confesión positiva, el hecho de repetir una verdad mil veces no hará que se vuelva realidad, no tenemos poder nosotros los seres humanos para traer al plano existencial algo solo por «decretar» ese poder es absoluto de Dios. Pero me refiero a confesar las verdades de la palabra de Dios en ada situación que enfrentemos. Para para cada problema hay una palabra del Señor dispuesta a romper todo yugo.

  1. Mantente firme aunque la realidad no cambie de inmediato.
    Dios trabaja en lo invisible antes de manifestar Su obra en lo visible. Así como el bambú que todos conocemos, y que luce muy fuerte y que puede llegar a medir varios metros, tarda hasta 5 años en desarrollar raíces antes de crecer, muchas veces Dios está fortaleciendo nuestra fe antes de mostrarnos el cumplimiento de Sus promesas, no desesperemos, que a su tiempo Él va a responder.

Hebreos 10:23 (RVR60) nos dice:
«Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.»

Hoy es el día, mi estimado lector, para tomar una decisión: ¿A quién le vas a creer? ¿A la realidad que el mundo nos muestra y que cambia constantemente o a la verdad inmutable y absoluta de Dios?

Juan 17:17 (RVR60)
«Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.»

La batalla en tu mente ya está ganada en Cristo Jesús. Camina en victoria, llevando todo pensamiento cautivo a la obediencia a Cristo. Ningún dardo del maligno te podrá dañar mientras estés lleno, repleto de la verdad de Dios en tu mente.

William Velázquez Valenzuela

Amante de la escritura, la educación, la tecnología y su impacto positivo para extender el reino de Dios. Un poco de locutor y otro poco de teólogo.

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