Conociendo a Dios Más allá de una religión

Filipenses 3:10 – «A fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a Él en su muerte.»
En muchas ocasiones, podemos caer en la trampa de reducir nuestra relación con Dios a simples actividades religiosas: ir a la iglesia los domingos, orar antes de comer, o leer la Biblia como un hábito sin reflexión profunda. Si bien estas prácticas son importantes, conocer a Dios es mucho más que cumplir con ciertos deberes. Se trata de desarrollar una relación viva y auténtica con Él, una que transforme cada aspecto de nuestra vida.
Pablo, en su carta a los filipenses, expresa un profundo deseo de conocer a Cristo. No se refiere solo a saber sobre Dios, sino a experimentar su presencia, a conocer su carácter y participar en su sufrimiento y su gloria. En este primer tema, nos enfocaremos en cómo podemos pasar de una relación superficial con Dios a una verdadera comunión.
1. Conocer a Dios no es solo saber de Él
Muchos conocen a Dios en teoría. Saben que es el Creador, que envió a su Hijo a morir por nosotros, y que Él es amor. Pero el verdadero conocimiento de Dios no se queda en la teoría. Conocer a Dios es vivir una relación activa y creciente con Él.
¿Mi relación con Dios está basada en lo que otros me han contado sobre Él, o lo he experimentado personalmente?
Jeremías 9:23-24 – “Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.”
Dios no desea que nos enfoquemos solo en lo que tenemos o sabemos, sino en conocerlo de verdad. Entender su corazón, conocer su justicia, su misericordia, y su amor es el mayor tesoro que podemos tener.
2. La relación con Dios requiere tiempo y compromiso
Una relación profunda no se construye de la noche a la mañana. Así como una amistad cercana o una relación de noviazgo requiere tiempo y esfuerzo, lo mismo ocurre con nuestra relación con Dios. La oración, la meditación en Su Palabra, y el tiempo en su presencia nos permiten conocerlo cada vez más.
Pasaje clave:
Salmo 46:10 – “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.”
Dios nos invita a detenernos en medio de nuestras actividades y encontrar tiempo para estar con Él. En la quietud y en la comunión con Dios es donde realmente lo conocemos.
3. Experimentar el poder de Dios
Pablo menciona en Filipenses 3:10 que desea conocer a Cristo, pero también experimentar “el poder de su resurrección”. Conocer a Dios implica experimentar su poder en nuestra vida. Esto puede significar ver cómo Dios transforma nuestra mente, renueva nuestras fuerzas o nos da la gracia para enfrentar momentos difíciles.
Pasaje clave:
Efesios 1:18-19 – “Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que Él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza.”
El mismo poder que resucitó a Cristo de los muertos está disponible para nosotros como creyentes. Este poder no es solo para situaciones extraordinarias, sino para nuestra vida diaria, para vencer el pecado, para amar a los demás y para vivir conforme a la voluntad de Dios.
4. El costo de conocer a Dios profundamente
Conocer a Dios requiere una entrega. Pablo habla de “la participación de sus padecimientos” en Filipenses 3:10. Esto no significa que estamos llamados a sufrir físicamente como Jesús, pero sí que al conocer a Dios debemos estar dispuestos a hacer sacrificios: dejar el pecado, alejarnos de malas influencias, y tomar decisiones difíciles que honren a Dios.
Pregunta de reflexión:
¿Qué áreas de mi vida estoy sosteniendo que me impiden conocer más profundamente a Dios? ¿Qué cosas necesito dejar para experimentar una mayor comunión con Él?
Pasaje clave:
Mateo 16:24 – “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.”
La verdadera relación con Dios no es siempre fácil. Requiere decisiones difíciles y renuncias, pero el resultado es una vida plena y llena de propósito.
Conclusión:
Conocer a Dios va más allá de asistir a la iglesia o cumplir con ciertas prácticas religiosas. Se trata de tener una relación íntima con el Creador del universo, una relación que cambia todo lo que somos. No basta con saber de Dios; debemos buscar experimentarlo en nuestras vidas, estar en comunión con Él, y permitir que Su poder transforme nuestras vidas.
Oración final:
“Señor, quiero conocerte más allá de lo que he oído o aprendido. Quiero experimentar tu poder, tu amor y tu gracia en mi vida de manera real. Ayúdame a profundizar mi relación contigo y a vivir conforme a tu voluntad. En el nombre de Jesús. Amén.”