Vida en Cristo

El Arrebatamiento de la Iglesia

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Daniel 12:1-4

Daniel, uno de los profetas mayores y que es conocido por haber vivido en tiempos de cautiverio, tuvo una visión para una época lejana, una que ni él mismo ni los profetas, apóstoles o incluso los creyentes en tiempos de Jesús vivirían, por algo el Señor le dice que selle este libro hasta el tiempo del fin. Daniel 12:4 menciona algo que me ha llamado la atención desde que llegué a los pies de Cristo: «la ciencia sería aumentada»; y por supuesto que estamos viviendo esos tiempos hoy. La ciencia y la tecnología han avanzado a una velocidad impensada, como nunca en toda la historia humana. Tan solo hoy un simple teléfono celular, un smartphone tiene más poder que la tecnología que permitió la llegada del hombre a la luna en la década de los años 60. La rapidez con la que la humanidad ha avanzado en los últimos 100 años supera a los 2000 años anteriores de vida terrestre. Hemos visto evolucionar al Internet, a la inteligencia artificial, y ahora los robots ya no solo están en fábricas ensamblando automóviles, sino que pueden hacer nuestras actividades cotidianas, doctores en otros continentes pueden operar a otros seres humanos con la ayuda de robots, la ciencia nos ha llevado ahora a explorar vida en otros planetas. No nos cabe ni una sola duda de que esta aceleración es, un cumplimiento profético, tal y como lo anunció Daniel hace miles de años.

A pesar de que la Biblia no es un libro de ciencia, nos da mucha luz sobre el mundo y su historia. Más que un simple registro de hechos maravillosos, es un libro que contiene verdades eternas y espirituales. La Biblia es rica en profecías, muchas de las cuales ya se cumplieron. Comparto algunas:

  • Destrucción de Tiro: Fue profetizada y se cumplió cuando Alejandro Magno destruyó la ciudad en el 332 a.C.
  • Caída de Nínive: La capital asiria fue destruida en el 612 a.C., cumpliendo la profecía dada por el profeta Nahúm.
  • Destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C.: Jesús mismo anticipó este evento en Mateo 24:1-2, y ocurrió cuando el general Tito arrasó el Templo, según registros históricos.
  • Caída de Babilonia: Babilonia fue conquistada por el Imperio Medo-Persa en el año 539 a.C., cumpliendo la profecía de Isaías 13 y 21, así como la de Jeremías 51. Más tarde, el Imperio Medo-Persa fue derrocado por Alejandro Magno y el Imperio Griego en el 331 a.C., cumpliendo también lo profetizado en el libro de Daniel en su capítulo 8.
  • Desolación de Edom: Las ciudades de Edom, incluyendo Petra, cayeron en ruinas y fueron abandonadas, cumpliendo así las profecías de Isaías 34:5-15 y Jeremías 49:17-18. Edom dejó de existir como nación alrededor del siglo I a.C., como fue profetizado cientos de años antes de que ocurriera, hoy la arqueología hace tantas preguntas que ya tenían una respuesta escritural.
  • Retorno de Israel a su tierra tras el cautiverio babilónico: Después de 70 años en Babilonia, los judíos comienzan a regresar a Jerusalén, cumpliendo las profecías de Isaías 44:28 y 45:13, así como las de Ezequiel 37.
  • Renacimiento de Israel como nación en 1948: Después de casi 2,000 años de diáspora, Israel fue reconocido antes los ojos del mundo como un estado como un estado independiente en 1948, cumpliendo al pie de la letra la profecía de Isaías 66:8, que pregunta: «¿Nacerá una nación en un solo día?».
  • Dispersión y retorno gradual de los judíos: La diáspora comenzó después de la destrucción del Templo en el 70 d.C., y su retorno ha sido gradual, culminando en gran medida con la creación del estado moderno de Israel. Este cumplimiento es mencionado en varias profecías, incluyendo las de Deuteronomio 30:3-5 y Ezequiel 36:24.

Todo esto tiene una evidencia y concordancia historia exacta, no estamos ante una colección de mitos o leyendas, estamos ante un libro poderoso, vivo, cuya palabra se ha cumplido con exactitud, el mismo Señor dice: «Cielo y tierra pasarán pero mi palabra no pasará».

La Biblia también habla de un futuro juicio para este mundo, un juicio que vendrá por la maldad que ha crecido tanto, que como dice Romanos 8:22, «la creación gime» por el retorno de su Creador. Hoy este mundo va de mal en peor, llamando a lo bueno, malo; y a lo malo, bueno. Cosas que hace años jamás nos imaginaríamos ver en la televisión, hoy se promulga a los cuatro vientos, la maldad ha subido hasta la presencia de Dios, como en los días de Noé y este mundo está a punto de conocer el periodo de angustia más grande que jamás haya existido desde la creación de los tiempos. La Biblia nos enseña que habrá un tiempo de Tribulación, un período de 7 años de dolor y zozobra sin igual. Este tiempo se caracterizará por una serie de eventos apocalípticos:

  1. La Aparición del Anticristo: Él establecerá un aparente pacto de paz, unificando al mundo en una sola moneda, trayendo tranquilidad y estabilidad como ningún otro gobierno del mundo, pero a mitad de la Tribulación (3 años y medio) romperá su promesa y se proclamará a sí mismo como dios (Daniel 9:27, 7:25). Va ordenar que lo adoren a él como si fuera él único y más grande Dios, situación que bajo ninguna circunstancia un judío podría permitirse.
  2. Marca de la Bestia: Los que vivan en esa época terrible no podrán comprar ni vender sin esta marca en la mano derecha o en su frente, hoy los medios y avances tecnológicos, sin duda alguna nos hacen ver muy de cerca que este tipo de tecnología no está para nada fuera de realidad. Todo aquel que no porte esta marca simplemente sufrirá la ira y la severidad de este ser diabólico.
  3. Juicios como ningunos otros: Los juicios de los sellos, las trompetas y las copas traen guerra, hambre, muerte, y plagas. Muchos querrán morir, pero la biblia dice que aún la muerte huirá y que no podrán hacerse daño.
  4. Armagedón: Será la última batalla en la que Cristo regresará para derrotar al Anticristo y establecer su Reino Milenial, un tiempo de paz y justicia donde se le mostrará a este mundo como es que se rige con justica, con paz y con perfección.

La humanidad será probada, y el caos se desatará de una manera nunca antes vista, sin duda será un escenario caótico y de muerte, ¡Pero poderoso es Dios! que ha pensado una salida para sus hijos.

El Arrebatamiento de la Iglesia

La Biblia describe un evento apoteósico, nuestra más grande esperanza: el Arrebatamiento o Rapto de la iglesia. Esta palabra, aunque no aparece textualmente en la biblia, se deriva del término griego harpazo, que significa «tomar por fuerza» o «llevarse rápidamente», como el zarpazo que da un tigre o un león, con fuerza y velocidad. 1 Tesalonicenses 4:17 nos habla sobre esta promesa de que los creyentes en Cristo serán “arrebatados” para encontrarse con el Señor en el aire.

La historia de Enoc, quien fue llevado sin ver la muerte porque su vida agradó al Padre (Génesis 5:24), y la experiencia de Elías, que fue arrebatado en un torbellino de fuego después de que ya había una sentencia de muerte sobre él (2 Reyes 2:11), son prefiguraciones de lo que viviremos en un abrir y cerrar de ojos, al toque de esa final trompeta.

El maestro también lo mencionó: en Mateo 24:36-44 nos habla sobre un regreso inesperado, y en Juan 14:3, Él nos promete regresar y llevarnos a su dulce presencia para que escapemos de la ira venidera. Es decir, nosotros, su amada, la Iglesia no pasaremos por la Tribulación.

  • 1 Tesalonicenses 5:9: “Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación.”
    Apocalipsis 3:10: “Yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero.”
  • 1 Tesalonicenses 1:10: “Y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.”
  • Romanos 5:9: “Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.”
  • Lucas 21:36: “Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.”
  • Isaías 26:20-21: “Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación. Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad.”
  • Apocalipsis 3:10: “Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.”

La gracia de Dios es tan grande, que ha preparado esta gran oportunidad de escapar del juicio que se aproxima a esta tierra. ¿Quiénes serán arrebatados? Todos los que hemos entregado nuestra vida a Cristo, los que lo hayamos confesado, los redimidos, los que estén cubiertos por su preciosa sangre. Hoy tenemos esa oportunidad de rendirle nuestras vidas, vivir en santidad, y estar preparados para volar juntamente con todos los redimidos que se encuentran al rededor de la tierra.

¿La segunda oportunidad es para todos?

Algunos creen que si se quedan en el arrebatamiento, aun podría alcanzar salvación, con el hecho de evitar la marca de la bestia o soportar los 7 años de tribulación. Sin embargo, debemos ser muy cuidadosos con esto. Para nosotros, quienes ya hemos conocido la gracia y el sacrificio de Jesús, las Escrituras nos llaman a responder hoy, sin esperar. Hebreos 10:28-29 nos advierte del castigo para aquellos que rechacen voluntariamente la gracia de Dios. La Tribulación está destinada para que este mundo y el pueblo de Israel reconozca a su Mesías, mientras que la Iglesia ya tiene acceso a esta gracia en cada momento. Hebreos 3:15 es claro cuando nos dice: “Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones.”

Esta es una percepción muy mía, puedo obviamente estar tremendamente equivocado, pero pregúntate con seriedad ¿Habrá una segunda oportunidad para los que hemos escuchado el evangelio una y otra y otra y otra vez, los que vivimos ya las delicias del evangelio, los que fluimos ya en el poder de Dios y que voluntariamente rechacemos a Cristo? No creo que debamos arriesgarnos a averiguarlo. Hoy mi amado, hoy es el día de nuestra salvación; hoy debemos estar listos para encontrarnos con el Rey de Gloria y ser llevados a esas gloriosas bodas del cordero, como lo dice Apocalipsis 19:7-9.

Las bodas del Cordero

El pueblo judío es sin duda un pueblo de muchas tradiciones, una de mis favoritas es la de las bodas judías. Cuando un hombre en edad casadera se comprometía con una mujer, ella desde ese mismo día comenzaba a prepararse mientras su amado construía un hogar donde ambos vivirían. El padre del novio organizaba el banquete y la boda, y solo él podía decidir cuándo era el momento de que su hijo fuera por la novia, aún cuando el hijo ya tuviera la casa construida y lista. Así mismo, Jesús nos prometió que iba a preparar un lugar para nosotros (Juan 14:2-3). y solo el Padre sabe el día y la hora, y cuando todo esté listo, el Hijo vendrá para llevar a su novia, a su amada, es decir nosotros, su Iglesia a celebrar esas bodas del Cordero.

Este día será glorioso, ahí comenzará el principio del resto de nuestra existencia. Se escuchará la final trompeta, y los muertos en Cristo resucitarán primero, luego nosotros, los que vivimos, los que hallamos quedado (1 Tesalonicenses 4:16-17) seremos arrebatados a las nubes para estar siempre con el Señor, y celebraremos en los cielos esas bodas con el amado, mientras abajo en la tierra se desata toda la maldad con la que el anticristo afligirá a las naciones. Nuestra esperanza no está en este mundo; no está en el éxito laboral, no está en el éxito material, nuestra más grande esperanza está en la eternidad con El Señor, en ese día en que el novio venga por su amada.

Hoy es el momento de decidir vivir una vida apartada, en preparación para ese encuentro glorioso. Ya no es momento de jugar, entrégale tu vida a Cristo sin reservas y prepárate todos los días para la esperanza de ese glorioso arrebatamiento. ¡Que en nuestra vida no exista deseo y anhelo más grande que el de unirnos con los habitantes de toda tribu, lengua y nación a nuestro Salvador y celebrar esa fiesta que ya está preparada para los que aman su venida.

William Velázquez Valenzuela

Amante de la escritura, la educación, la tecnología y su impacto positivo para extender el reino de Dios. Un poco de locutor y otro poco de teólogo.

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