El cristiano sentimental

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En Mateo 7:24-27, el maestro nos presenta una enseñanza muy sencilla sobre la vida cristiana, tan fácil de entender que hasta un niño podría dibujarla en su mente mientras se la cuentas. Nos habla de dos tipos de personas: una que construye sobre la roca y otra que edifica su casa sobre la arena. Podemos entender que esta historia nos advierte sobre los peligros de una fe basada en las cosas efímeras, emocionales y pasajeras en lugar de la verdad del fundamento de Dios.
Cuando llegan a nosotros las tormentas de la vida, solo aquellos que han cimentado su fe en Cristo permanecen firmes, quienes no, son llevados por cualquier viento de doctrina o nos derriba cualquier adversidad. La pregunta que debemos hacernos es: ¿estamos edificando nuestra vida espiritual sobre la Roca, que es Cristo, o sobre la arena de nuestros sentimientos tan cambiantes y circunstancias?
Las emociones son un regalo de Dios, pero no nuestra guía
Dios nos creó como serer emocionales. En la Biblia vemos que Él mismo expresa amor (1 Juan 4:8), compasión (Salmo 103:13), ira justa (Nahúm 1:2), gozo (Sofonías 3:17) y tristeza (Génesis 6:6). Jesús también experimentó emociones mientras estuvo en la tierra: lloró por la muerte de su amigo Lázaro (Juan 11:35), sintió angustia antes de su muerte en la cruz (Mateo 26:38) y mostró celo por la casa de su Padre (Juan 2:17) cuando volcó la mesa de los cambistas.
Sin embargo, aunque las emociones son parte de nuestra humanidad, y son lo primero que se nos activa cuando recibímos algún regaño o imprsión, no deben gobernar nuestra vida espiritual en su totalidad. Jeremías 17:9 advierte que el corazón es engañoso, y Proverbios 28:26 nos dice que quien confía en su propio corazón es necio. Si basamos nuestra fe en lo que sentimos en un momento dado, seremos inconstantes y vulnerables a la duda.
Por ejemplo, hay momentos en los que podríamos sentir que Dios está lejos de nosotros, especialmente en tiempos de prueba y angustia. Sin embargo, la verdad bíblica nos dice que Él nunca nos abandona (Hebreos 13:5). No podemos permitir que nuestras emociones definan nuestra relación con Dios; debemos aferrarnos a Su Palabra y no a lo que estémos sintiendo en nuestro corazón, por que es perverso, es engañoso según la palabra de Dios.
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El que construye sobre la Roca (Cristo)
- Oye la Palabra y la obedece.
- Permanece firme en tiempos difíciles.
- Su fe no depende de sus emociones, sino de la verdad de Dios.
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El que construye sobre la Arena (emociones)
- Oye la Palabra, pero no la obedece.
- Su fe se basa en lo que siente en el momento.
- Cuando vienen pruebas o dificultades, se derrumba.
Santiago 1:22 nos exhorta: «Sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos». La fe genuina no se demuestra solo en palabras, sino en acciones. ¿Sobre qué estamos construyendo nuestra fe?
Características del cristiano emocional
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Su fe depende de sus sentimientos y no de la Palabra de Dios
- Solo busca a Dios cuando está en problemas.
- No tiene un compromiso firme con la iglesia.
- No participa activamente en la vida activa de la iglesia.
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Confunde la adoración con una experiencia emocional
- Cree que si no siente algo especial en la alabanza, Dios no está presente.
- No entiende que la verdadera adoración es en espíritu y en verdad (Juan 4:23-24).
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Tiene dificultades para afrontar el sufrimiento
- Cuando pasa por una crisis, duda del amor de Dios.
- Su fe se debilita cuando enfrenta pruebas.
- Romanos 8:28 nos da seguridad: «Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien».
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Se ofende cuando se le exhorta
- No acepta la corrección con humildad.
- Se aleja de la iglesia por heridas emocionales.
- Proverbios 9:8 dice: «Corrige al sabio, y te amará».
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Carece de discernimiento y es vulnerable a falsas doctrinas
- Cree cualquier enseñanza que le haga sentir bien, sin examinarla con la Escritura.
- No desarrolla un conocimiento sólido de la Palabra.
- Hebreos 5:14 dice que el alimento sólido es para los que han madurado espiritualmente y pueden discernir entre el bien y el mal.
Hoy en día, con tantas falsas enseñanzas, tanto secularismo, muchos buscan un cristianismo basado en emociones y experiencias sobrenaturales, pero sin compromiso ni obediencia. Solamente buscan llenar sus sentidos, pero no quieren entregaer ni una sola área de su vida a los pies del Señor.
Características del cristiano maduro
- Su fe se basa en la verdad de la Palabra, no en sus sentimientos (2 Timoteo 3:16).
- Busca a Dios en todo tiempo, no solo en dificultades (Filipenses 4:6-7).
- Se congrega y participa activamente en su iglesia local (Hebreos 10:25).
- Acepta la corrección con humildad (Proverbios 12:1).
- Permanece firme en las pruebas (Job 1:21).
Un cristiano maduro es como una casa bien cimentada. Puede enfrentar tormentas, ríos, vientos recios, pero no se derrumba porque su fe está arraigada en Cristo. ¿Quién podría destruir la vida de un verdadero discipulo? Venga lo que venga a su vida, pase lo que pase, esa persona sabe de sobra que todo lo que venga a su vida es un con propósito, que nada escapa a la sobrenía de Dios.
Las lluvias, ríos y vientos de Mateo 7:25 representan las pruebas, persecuciones y tentaciones que todo cristiano va enfrentar. La diferencia entre mantenerse firme o caer está en el fundamento sobre el que hemos edificado nuestra vida.
Jesús dijo en Lucas 14:26-27 que seguirle implica tomar nuestra cruz cada día. Un cristiano emocional busca siempre su comodidad, pero un cristiano maduro está dispuesto a sacrificar su voluntad y su comodidad para seguir a Cristo, no solo 5 ó 10 años, sino toda su vida.
Dios nos llama a una fe madura, estable y fundamentada en Su Palabra. Para lograr eso, nosotros debemos:
- Buscar a Dios con compromiso y fidelidad.
- Ser hacedores de la Palabra, no solo oyentes.
- Permanecer firmes en todo tiempo, no solo cuando nos sentimos bien y con ganas de estar bien.
- Aceptar la corrección con humildad y crecer espiritualmente.
- Prepararnos para las pruebas, en lugar de huir de ellas.
Romanos 12:2 nos exhorta: «No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento». La verdadera fe se demuestra en medio de la tormenta.