Estudios

¿Para qué fui creado?

Cuál es mi propósito

Jeremías 1:5 – “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué; te di por profeta a las naciones.”

Uno de los anhelos más profundos del ser humano es saber para qué fue creado, qué propósito tiene su vida. En un mundo que constantemente nos bombardea con ideas sobre éxito, metas y logros, es fácil perder de vista lo que verdaderamente importa: el propósito que Dios tiene para cada uno de nosotros. Como cristianos, es vital entender que fuimos creados con un propósito divino, que va más allá de lo que el mundo puede ofrecernos.

Desde el comienzo de la creación, Dios tenía un plan para cada uno de nosotros. No somos un accidente o producto del azar. La Biblia nos enseña que Dios nos formó con un propósito específico y nos dio dones y talentos para cumplir ese llamado. Cuando descubrimos nuestro propósito en Dios, nuestra vida cobra un significado eterno.

El propósito de Dios es personal y eterno

Dios no nos creó al azar ni con un propósito general para todos. Como le dijo a Jeremías, Dios ya nos conocía antes de que estuviéramos en el vientre de nuestra madre, y nos había apartado para un propósito específico. Esto significa que cada uno de nosotros tiene una misión particular en el plan de Dios.

Efesios 2:10 dice: “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” Las buenas obras para las que fuimos creados no son solo actos de bondad ocasionales, sino parte de un propósito mayor que Dios ha diseñado para nosotros.

Este propósito es eterno. Mientras que las metas que el mundo nos propone son temporales y muchas veces superficiales, el propósito que Dios tiene para nosotros trasciende el tiempo y tiene un impacto eterno. Vivir para cumplir el propósito de Dios significa vivir una vida que tiene valor no solo en este mundo, sino en el Reino de los Cielos.

Descubriendo nuestro propósito en Dios

Uno de los grandes desafíos es descubrir exactamente cuál es el propósito que Dios tiene para nosotros. Muchas veces, queremos que Dios nos lo revele de manera clara e inmediata, pero el descubrimiento del propósito suele ser un proceso que requiere tiempo, oración y búsqueda de su presencia. No es algo que se descubra de la noche a la mañana.

Proverbios 3:5-6 nos exhorta: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas.” Esto significa que, para encontrar nuestro propósito, necesitamos confiar completamente en Dios y estar dispuestos a seguir sus caminos, aun cuando no los entendamos completamente.

Dios nos ha dado talentos, pasiones y dones específicos, y muchas veces, el propósito de nuestra vida está conectado con esas habilidades y deseos que Él mismo ha puesto en nuestro corazón. Cuando comenzamos a utilizar esos dones para glorificar a Dios y bendecir a los demás, empezamos a caminar en el propósito que Él tiene para nosotros.

Viviendo conforme a su propósito

Una vez que comenzamos a descubrir el propósito que Dios tiene para nosotros, debemos comprometernos a vivir conforme a ese llamado. No siempre será fácil, pero cuando entendemos que nuestra vida tiene un significado eterno, todo cobra un nuevo sentido.

En Romanos 12:1-2, Pablo nos exhorta a ofrecer nuestras vidas como un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. Esto significa que todo lo que hacemos debe estar alineado con el propósito de Dios. Vivir conforme a su voluntad nos transforma y nos permite experimentar una vida plena y abundante.

Cumplir el propósito de Dios no siempre significa hacer cosas grandes o espectaculares según los estándares del mundo. Muchas veces, se trata de ser fiel en lo que Dios nos ha llamado a hacer en lo cotidiano: servir a los demás, compartir el evangelio, cuidar de nuestra familia, y ser luz en donde nos ha colocado. Todo lo que hacemos para la gloria de Dios tiene un impacto eterno, aunque parezca pequeño a nuestros ojos.

El impacto de cumplir el propósito divino

Cuando vivimos conforme al propósito de Dios, no solo nuestras vidas son bendecidas, sino que también impactamos a quienes nos rodean. Dios quiere usarnos como instrumentos para bendecir y transformar la vida de los demás. Nuestro propósito está siempre conectado con el plan de Dios para su Reino, y al cumplir nuestro llamado, contribuimos al avance de ese plan.

Mateo 5:14-16 nos dice: “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder… Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” Cuando vivimos conforme al propósito divino, nuestra vida refleja la luz de Cristo y otros pueden ver esa luz y ser atraídos a Dios.

Dios nos ha creado con un propósito eterno. No somos fruto del azar, sino parte de un plan divino que trasciende el tiempo y el espacio. Nuestra tarea es descubrir ese propósito a través de una relación cercana con Dios y vivir conforme a su voluntad, confiando en que Él nos guiará en cada paso. Al cumplir nuestro propósito, nuestra vida tiene un impacto eterno y glorifica a Dios en todo lo que hacemos.

Oración final:

“Señor, gracias por haberme creado con un propósito eterno. Ayúdame a descubrir tu voluntad para mi vida y a vivir cada día conforme a tu llamado. Que mi vida refleje tu gloria y cumpla el propósito por el cual fui creado. En el nombre de Jesús. Amén.”

William Velázquez Valenzuela

Amante de la escritura, la educación, la tecnología y su impacto positivo para extender el reino de Dios. Un poco de locutor y otro poco de teólogo.

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