Desarrollo Espiritual

De Ateos a Creyentes

Puedes escuchar más ampliamente este tema en este episodio de nuestro podcast:

Hace algunos años, cuando cursaba la universidad, había una compañera que conocía mucho de ciencia y siempre me era un problema el entablar alguna conversación con ella en el ámbito de Dios, ella parecía tener un argumento para todo, refutaba cuanta palabra salía de mí. Al principio me era una molestia, sin embargo, paulatinamente dejé la contienda y me concentré en entender cuál era la raíz, la causa primordial de su escepticismo, dándome cuenta que lo que simplemente sentía era un resentimiento para con Dios, eso daba sentido a muchas cosas. Es posible que tú también en algún momento de tu vida te hayas encontrado con un amigo, familiar o compañero de trabajo que se identifique como ateo. Puede ser una experiencia desafiante, sobre todo si eres nuevo en el evangelio y deseas que esa persona conozca el amor de Dios. Sin embargo, es importante recordar que no estamos llamados a pelear debates, sino a reflejar el amor y la verdad de Cristo en todo momento. En 1 Pedro 3:15 se nos da un consejo sabio:

«Estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros.»

Esto significa que debemos estar listos para dar una respuesta, pero siempre con humildad, respeto y paciencia, jamás con arrogancia. Quiero darte unas cuántas armas para saber cómo puedes responder algunas preguntas comunes que los ateos suelen hacer.

¿Cómo responder a las preguntas más comunes de los ateos?

«Si Dios es real, ¿por qué hay tanto sufrimiento en el mundo?»
Esta es una de las preguntas más comunes y un poquito complejas de explicar. Pero mi respuesta corta es que el sufrimiento es una realidad innegable, vivimos en un mundo caído e invadido por gente mala, pero el sufrimiento no es una señal de que Dios no existe, sino una consecuencia del pecado y la caída del hombre. Sin embargo, Dios no nos ha dejado solos en nuestro sufrimiento. A través de la persona de Cristo, tenemos la promesa de que un día todo ese dolor y esa tristeza desaparecerán. Romanos 8:28 nos recuerda: «Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien.» A veces, Dios usa el sufrimiento para moldearnos nuestro carácter, nuestra personalidad y acercarnos más a Él.

«¿Cómo puedes creer en algo que no puedes ver?»
Yo creo que esta pregunta refleja una visión limitada de lo que significa la fe. En Hebreos 11:1 se nos dice: «Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.» Amado lector, la fe no es creer sin pruebas, sino confiar en lo que no podemos ver directamente, pero de lo cual tenemos evidencia. Así como no vemos el viento pero lo sentimos, no podemos ver a Dios directamente, pero Su presencia se manifiesta en la creación, en la historia de la humanidad, en la medicina, en las artes, en la ciencia y, sobre todo, en nuestras vidas transformadas por Su amor.

«La ciencia ha demostrado que no necesitamos a Dios para explicar el universo.»
Siempre he proclamado que la ciencia y la fe no están en pleito. De hecho, muchos científicos, como Francis Collins, descubrieron a Dios a través de la ciencia. Collins, uno de los líderes del Proyecto Genoma Humano, vio la complejidad del ADN como «la firma de Dios». La ciencia puede explicar cómo funciona el universo, a través de las 4 fuerzas fundamentales, pero no puede responder a la pregunta más profunda: ¿Por qué existe? La existencia del universo, la vida y las leyes naturales apuntan a un creador inteligente, no al azar ni a la suerte.

¿Cómo tratar con un ateo?
En vez de entrar en discusiones, contiendas o sentirnos ofendidos cuando alguien se identifica como ateo, debemos seguir el ejemplo de Jesús. Jesús fue paciente, compasivo y siempre estuvo dispuesto a escuchar antes de hablar.

Aquí algunos consejos prácticos para tratar con personas ateas:

  • Escucha primero: Antes de responder, es importante que escuches las razones por las cuales esa persona no cree en Dios. Muchas veces, como siempre digo, detrás del ateísmo hay heridas emocionales, experiencias traumáticas o decepciones con alguna iglesia o alguna persona dentro de esa iglesia. No creas que se trata solo de un asunto intelectual o de razonamiento.
  • Trata de ser un ejemplo viviente: A veces, lo más poderoso que podemos hacer es mostrar el amor de Dios a través de nuestras vidas. Tu paz, tu alegría y tu manera hablar, de expresarte, de tratar a los demás, pueden ser un testimonio mucho más fuerte que cualquier argumento verbal que puedas darle. El mostrar que el evangelio que tanto pregonas a los cuatro vientos ha hecho un cambio de verdad radical en tu vida, es lo más efectivo para convencer a la gente que el poder del evangelio sobre nuestras vidas es algo efectivo. En Mateo 5:16, Jesús nos dice: «Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.»
  • Usa preguntas en lugar de respuestas: Una de las mejores maneras de invitar a reflexionar a un ateo sin ser confrontativo es hacer preguntas. Preguntas como: «¿Qué te hace pensar que el universo no tiene propósito?» o «¿Alguna vez has considerado la posibilidad de que la fe y la ciencia puedan estar en armonía?» pueden abrir la puerta a una conversación más profunda sin caer en discusiones innecesarios con tus amigos, compañeros o familiares que dicen no creer en nada ni en nadie.

¿Cuándo es mejor no contender?
Recuerda que no siempre es necesario tener tú la última palabra. Hay momentos en los que lo mejor que podemos hacer es orar y dejar que Dios trabaje en el corazón de la otra persona. Jesús mismo nos enseñó en Mateo 7:6 que no debemos forzar el mensaje del Evangelio si la otra persona no está lista aun para recibirlo.

Esto no significa que abandonemos a su suerte a las personas que no creen, sino que reconocemos que el cambio de corazón es obra exclusiva del Espíritu Santo, no nuestra. En lugar de entrar en una discusión que podría subir de tono, podemos continuar mostrando respeto hacia nuestro amigo o familiar, confiando en que Dios sabe cuándo será el momento adecuado en que el o ella abrirá su corazón al Señor.

¿Qué puedo hacer si alguien de mi familia es ateo?
Tener a alguien en la familia que todo el tiempo despotrica del evangelio puede ser sumamente difícil. Es normal sentir una preocupación enorme por su vida espiritual, pero es necesario abordar la situación con muchísima paciencia y amor. Aquí algunas cosas que puedes hacer ante alguien de tu familia que se diga ser ateo:

  • Ora constantemente: Nunca dudes del poder de la oración. Dios escucha tus súplicas por tus seres queridos, Él jamás se ha de quedar de brazos cruzados y aunque no veas cambios inmediatos, confía en que Él está obrando en sus corazones. En Santiago 5:16 leemos: «La oración eficaz del justo puede mucho.»
  • Mantén la paz y el amor en tu casa: Aunque tus creencias sean diferentes, haz todo lo posible por mantener un ambiente de respeto y armonía en tu casa. Como dice Romanos 12:18: «Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.» No permitas que las diferencias de creencias destruyan tu relación familiar, no los condenes, no les insultes por que no comparten tu fe, de muestra que encima de todas las cosas, tú les amas, de lo contrario, en lugar de ganarlos para Cristo, provocarás que tengan aún más resentimiento en su corazón hacia las cosas de Dios.
  • Sé paciente: La conversión es un proceso que a veces puede llevar tiempo, ¡Si nosotros, los que estamos de años en el evangelio, aun nos cuesta cambiar ciertas cosas! Imagínate ellos, tal vez no veas resultados inmediatos, pero recuerda que el cambio profundo en el corazón del ser humano es obra solamente de Dios. Confía en que Dios tiene el tiempo perfecto para cada persona.

Amado lector, si conoces a alguien que se identifica como ateo, ya sea un amigo, compañero o un ser querido, recuerda que tu tarea no es condenarlo, ni atosigarlo todo el tiempo con tus argumentos, sino reflejar el amor y la verdad de Cristo. La paciencia, la humildad y la oración son tus mejores herramientas en este proceso. Solo Dios puede cambiar el corazón de una persona, y lo hará en Su tiempo y a Su manera.

(Corintios 13:7) Nunca pierdas la esperanza, porque Dios es fiel y Su amor nunca falla.

William Velázquez Valenzuela

Amante de la escritura, la educación, la tecnología y su impacto positivo para extender el reino de Dios. Un poco de locutor y otro poco de teólogo.

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